Relatos de Mujeres en las Ciencias
En las Ciencias Sociales formamos parte de un grupo importante de mujeres que Investigan en este campo desde distintos aspectos cualitativos y cuantitativos. Creo que el gran desafío de los próximos tiempos tiene que ser la posibilidad de seguir articulando la producción de conocimientos y no generar competencia internas, pensar que la mayor parte de las explicaciones tendemos a hacerlas en base a las transversalidades. Además, como mujeres seguimos teniendo limitaciones en las direcciones de ciertos espacios institucionales ocupados mayoritariamente por varones, referimos a esta metáfora del “techo de cristal” [1]. Incluso en lo referente a las publicaciones, las bibliografías que se utilizan como marcos teóricos de referencia en la academia y la investigación aún tienen un alto predominio de presencia masculina. En tal sentido, el desafío para plantearnos también es cómo seguir ocupando los espacios de la divulgación de lo que producimos como mujeres. Además de dinamizar prácticas donde luchemos para que no se sigan utilizando sistemas de citación, como las normas APA, donde al ubicar sólo la inicial invisibiliza a la mujer en la producción de conocimiento. La tendencia en la lectura rápida hace creer que se está hablando con un hombre.
Desde los orígenes de mi formación he tenido la oportunidad de poder hacer este tránsito de la investigación desde una mirada transversal, por ejemplo en el campo de la salud comunitaria donde confluye la mayor interdisciplinariedad en sus diversas dimensiones biológicas, psicológicas, sociopolíticas, educativas…
«Soy de Justiniano Posse, fui a una escuela rural allí en medio del campo. Mi vida tiene mucho que ver con lo rural, con la supervivencia y lo comunitario. Vos te generabas esa comunidad participativa donde la prioridad era el todo más que lo individual. La escuela secundaria a la que asistí promovía mucho la participación, teníamos centros de estudiantes, se hacían congresos abiertos a la comunidad, estudios con los gobiernos, censos, creamos la primera FM, formábamos parte de la juventud cooperativa…Fue un lugar dónde te sentías que estabas llamada a hacer algo por lo comunitario y eso era casi innato… Todo esto fue mi motor…»
[1] La metáfora del “techo de cristal” refiere a una limitación invisible a la hora de alcanzar puestos más altos en las organizaciones.
Elizabeth Theiler
Mamá de Angela y Santiago. Trabajadora social y doctora en Ciencia Política, Vicerrectora de la UNVM. Docente investigadora de los Institutos Académicos Pedagógicos de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nacional de Villa María.