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El 8 de marzo se conmemora las luchas protagonizadas por las mujeres para avanzar en la conquista de sus derechos en ámbitos diversos. En la ciencia, la equidad de género sigue siendo un tema pendiente en América Latina y el resto del mundo. Referentes científicas se expresan al respecto.

Las mujeres han contribuido a la ciencia desde los inicios de la historia, aunque hayan sido poco reconocidas por ello. Desde los estudios de la ciencia, se hace evidente la falta de igualdad entre hombres y mujeres, sobre todo, a la hora de alcanzar puestos relevantes en la gestión de instituciones académicas científicas, empresariales, administrativas, entre otras. Dichos obstáculos han llevado a reflexionar sobre el aspecto social de lo científico y tecnológico en su relación con las cuestiones de género.

Como problemáticas generales, se señalan lo que se conoce como el “efecto tijera”, mayoría de personal femenino entre las becarias y categorías iniciales de la carrera científica, y un descenso sostenido a medida que progresan hacia otros escalafones. Otra metáfora refiere al “techo de cristal”, una limitación invisible a la hora de alcanzar los puestos más altos en las organizaciones.

A pesar de los avances logrados en las últimas décadas, la proporción de mujeres en las ciencias continúa siendo reducida en todo el mundo, sólo el 29,3% según datos de la UNESCO. Si bien en América Latina y el Caribe el 45% del total de quienes investigan son mujeres, la segregación dentro del sistema científico tecnológico es notable.

“En el CONICET, el 52,9 % son investigadoras y más del 60% becarias, pero la pregunta es ¿dónde estamos las mujeres? … y bueno estamos en las categorías más bajas donde somos mayoría. A medida que van ascendiendo las mujeres van desapareciendo, existe solamente un 25% en la categoría superior. Hay un lugar donde evidentemente llegan menos mujeres y un lugar de animarse o no en un entorno que no facilita la permanencia y la promoción de las mujeres en la carrera del investigador/a. Si miramos los números que corresponden a la implicancia de las mujeres en gestión, la verdad es que son muy decepcionantes”, expresa la investigadora y directora del CONICET Central Dra. Ana Franchi [1].

Según las estadísticas, de los 300 Institutos que conforman CONICET a lo largo y ancho del país, el 25% de mujeres ocupan cargos directivos, incluso la Dra. Franchi es la segunda mujer que preside la dirección del organismo en sus 63 años de vigencia. Por su parte, en las universidades sólo el 12% de los rectores son mujeres.

“Es importante seguir discutiendo estos temas que claramente no están resueltos. La ciencia sigue siendo un varón heterosexual occidental y blanco, todas las demás son desviaciones a ese modelo que todavía sigue imperando y que ha hecho que las mujeres estemos menos presentes”, enfatiza Franchi.

No solo se observa el efecto de tijeras o el techo de cristal en la carrera científica, sino que también se puede apreciar la segregación horizontal por disciplinas en algunos campos del conocimiento. Los datos oficiales evidencian que las mujeres están sub-representadas en las áreas de ingenierías y tecnologías y en las ciencias naturales y exactas; y, como contracara, sobre-representadas en las áreas de las ciencias sociales, las humanidades y las ciencias médicas y de la salud.

La doctora Nora Bar [2], investigadora docente y periodista científica, plantea algunos aspectos que inciden en la incorporación y trayectoria formativa – laboral de las investigadoras, entre los cuales refiere a; la escasa visibilidad de las mujeres que se han desempeñado y desempeñan en áreas científicas y los sesgos o estereotipos de género que la sociedad y, en particular, los medios de comunicación generan en la vida diaria.

Desde una apuesta por una ciencia más igualitaria e inclusiva, la docente investigadora cordobesa Karina Yaniv [3] radicada en el Instituto Weizmann en Israel, destaca: “Es nuestro deber desde las instituciones fomentar, promover y apoyar a mujeres que quieren empezar esta carrera científica y, sobre todo, estar presentes para aquellas que dudan si pueden ser científicas y tener una familia. Nosotras como mujeres científicas tenemos esta obligación de apoyar porque necesitamos más mujeres en ciencia para poder acumular más y mejor ciencia, una ciencia que sea realmente inclusiva e igualitaria”.

En este marco conmemorativo del 8 de marzo, es importante y necesario reivindicar la equidad de género en el ámbito científico y tecnológico.

Notas al pie

[1] y [2] Presentaciones realizadas en el marco del lanzamiento del Pre Congreso de Ciencia y Género 2021. Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba.

[3] Fragmento de entrevista realizada como parte del programa NODOS “Charlas científicas en la virtualidad”, Episodio 7. Una producción del Instituto de Investigación en conjunto con la Secretaria de Comunicación Institucional de la Universidad Nacional de Villa María. Diciembre 2020. Link: https://www.youtube.com/watch?v=Pg-FdDP7DLo

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